Como suele ser habitual y sobre
todo en los grandes momentos de la historia, el ser humano siempre tiende a
barajar la positividad frente a la cruda realidad que nos envuelve. La pandemia
del Covid-19 nos ha marcado a todas/os de especial forma y manera, dejando en
los meses del calendario un reguero de duelo, de incertidumbre, pero también de
solidaridad y de esperanza. Han sido días de inquietudes y de desvelos
constantes, de dejar pasar el tiempo sumida en la tensión y en la distancia.
Hoy doce de junio, me consuela y
agradezco el hoy por hoy; pero sobre todo me satisface y me llena de orgullo
ese -cordón umbilical - por el cual
seguimos “respirando juntos”.
Me conmueve leer que a través de
los mensajes de WhatsApp con mi hija de algún Zoom que otro y de recetas
compartidas nos hayamos podido sentir más cerca, estando separadas por
kilómetros de distancia.
Recibir un mensaje de mi hijo que
ha entrado a una librería en Madrid y que ha sentido mi presencia entre los
libros, es la más hermosa definición que se puede deducir de esta terrible
epidemia.
¿Quién afirmó que al cortar el
cordón umbilical dejamos de percibir su flujo sanguíneo?
Alegra que los hijos, se abran paso en la vida y a través de la vida, conecten con los demás, incluidos padres y seres queridos.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias querida Amapola.
EliminarLos momentos difíciles nos aproximan, mucho, más a nuestra descendencia.
ResponderEliminarEnhorabuena que los hijos celebren lo que sus padres hacen.
Felicitaciones Pilar por esa complicidad con ellos. Igual me pasa con las mías.
Un abrazo enorme y que bueno verte por la blogosfera
Buenas tardes Ceciely,me pasé por tu blog al final tuve problemas con los comentarios. Un abrazo
EliminarEstoy de acuerdo contigo, Pilar.En los momentos difíciles se siente más fuerte ese cordón que nos une. También mis hijos han estado más cerca de mi, aunque separados por miles de kilómetros, como son Múnich y Brisbane.
ResponderEliminarGracias a Dios todo va pasando, pero hemos aprendido a protegernos y a mantener la guardia, el virús sigue ahí.
Mi abrazo y mi ánimo, Pilar.
Hola Mª Jesús qué alegría!!!
EliminarSeguimos sin levantar la guardia, cuídate mucho. Besos
Nunca, se sigue notando. Me quedo por aquí de seguidora y te invito a que te pases por mi blog si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rocío, un placer
Eliminar