Sobre los
tejados sedientos de lluvia
se inhala
un respiro de forma amable.
El cielo
encapotado de septiembre
luce de
un intenso gris plomizo.
El
murmullo de las gotas previas
se percibe
claramente
bajo al
tronco esbelto de la acacia
repleto
de hojas mustias y resecas
por el
pertinente calor de la tarde.
Cautelosa
la luna llena
se niega
a ocultarse,
contemplado
la luz tenue
que emite
en calma el horizonte.
©Pilar
Contreras Moreno
Una luna que lo inunda todo con su luz. Besos.
ResponderEliminarLos días gris y de lluvia nos dejan ese sabor nostálgico y bello que tus has sabido plasmar en tus letras.
ResponderEliminarBesos
Precioso este poema se nos dejas.
ResponderEliminarAbrazo
Fina
Un hermoso poema que huele tierra húmeda Y nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo
Tras 4 meses de ausencia por mi delicada salud, retorno gracias a un pequeño respiro.
ResponderEliminarGracias por tu poema
Paso a felicitarte por tu santo, que lo pases feliz.
Un abrazo
Un abrazo a todos, gracias por vuestra estimada presencia.
ResponderEliminarLa lluvia limpia el ambiente, riega la tierra y refresca el alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar