¿Has comprobado alguna vez, la inmensa y extraña
sensación
que produce una relajada siesta de verano?
Me
ha sorprendido esta tarde la siesta, así literalmente hablando, entorné un
instante los ojos sin pretender desde luego cerrarlos del todo y una sensación
de paz y bienestar se ha ido ligeramente de ellos apoderando.
Un
descanso justificado que ha transitado velozmente y a toda prisa, un instante
escueto y aturdido donde todo puede suceder, mientras la mente lo admita, aún
así permanece en trance con las continuas obligaciones del día.
De
improviso se han ido incorporando al sueño, la col, el apio, los puerros, las carlotas
y las chirivías, todo un estupendo y magnifico caldo de verduras que reposa
placidamente sobre el silencioso mármol de la cocina.
Intento
atar los cabos sueltos, pero no consigo descifrar ni la hora ni el día, algo me
ha pasado ligeramente como rozando, voy
sintiendo las piernas despiertas pero la mente permanece todavía dormida.
No
recuerdo haber hecho el supermercado, ni tampoco me viene a la memoria haber
ido a la panadería ¡no ha sonado esta mañana el despertador!... la ropa tampoco
la tengo tendida, ni siquiera recuerdo haber tomado la tostada con miel, ni el
agradable aroma del café flotando por las cortinas, el frigorífico está por ordenar,
tengo pendiente hacer arroz con leche y ensaladilla, una ensalada fresca con bocas
de mar, limpiar lenguados, boquerones y pescadilla.
El
cerebro como acorchado intenta relajarse de la estresada actividad continua.
¡De
pronto alguien ha exclamado !a quién le apetece limonada… ¡está fresca y
exquisita!
Con
el agitador sonido sobre la jarra de cristal, consigo por fin despejarme del
acelerado, confundido y estresado sueño.
Es
Agosto, es verano… y probablemente esta precipitada y breve siesta la recuerde
durante gran parte del año.
Pilar
Contreras Moreno
©
Jolín Pilar, muy relajada la siesta no ha sido. Al principio sí; cuando cierras los ojos y te dejas llevar por ese estado de bien estar y relajación es genial, pero (y es cierto) esa parte del cerebro que continúa maquinando y laborando ¡qué puñetera!
ResponderEliminarClaro que, pensándolo bien, comprendo que se recuerde durante el año, cuando quizá no exista ni ese pequeño momento en el que poder descansar el cuerpo.
Besitos y que pases un buen domingo!!!
jajaja... Hola Ana soy demasiado activa para dormir la siesta, pero en vacaciones se intenta, la mente!!! esa poderosa maquinita..
EliminarGracias por tu visita guapisima
Besos
Pilar, qué bueno cuando la mente se queda quieta...y deja descansar al cuerpo y al alma...Es un momento feliz, intenso e inolvidable, como has explicado, amiga...Pero, la mente nos sigue recordando el movimiento, la responsabilidad...el ajetreo de la vida. La mente nos mueve y nos dirige, y de vez en cuando debemos olvidarnos de ella, dar prioridad al corazón...o quedarnos dormidos, tocando el descanso y la paz, que son muy necesarios.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu bello y sentido post, compañera y amiga.
Feliz domingo, Pilar.
M.Jesús
Otro abrazo para ti .Mª Jesús, pero es cierto cuando no se tiene costumbre de dormir a ciertas horas, el mismo reposo te crea una extraña inquietud.
EliminarFeliz semana, querida amiga.
¡Qué bien sienta esa siesta de verano, mitad sueño, mitad letargo!
ResponderEliminarLa tuya además fue provechosa pues hasta te dio tiempo de hacer un caldo
Un abrazo amiga poeta
Amiga Julia, las amas de casa dormimos con la casa a cuestas!!! jajaja y con el tiempo bien aprovechado.
ResponderEliminarUn besazo, con cariño
Pilar
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY es que no hay nada como una buena siesta cuando el calor es agobiante, eso en mi tierra se sabe bien, lo malo es que las que somos activas no la aprovechamos jajja porque el coco sigue en función y nos levantamos con una jornada de trabajo.Muy buen post Pilar,besines guapa
ResponderEliminarSiempre es bueno dejar que la mente se libere y el cuerpo descanse, es una manera saludable de recuperar fuerzas, ya sea en verano o el resto del año.
ResponderEliminarbesos
Muy bueno Pilar!. La verdad que en un día lluvioso como el de hoy apetece acordarse de esos ratos en los que una se puede trasponer en verano.
ResponderEliminarMil besos
Hola Pilar! viene muy bien un pequeño descanso aunque no se duerma porque siempre tenemos mil cosas en la cabeza, pero relaja, Un abrazo
ResponderEliminarFíjate que placentero momento y aún así, la mente en sus batiburrillos incansables.
ResponderEliminarA pesar de todo, que maravilla es el momento de sentir esa relajación distinta fuera y dentro a la vez.
Besos.
No me gustan las siestas, Pilar, porque hago mucha pereza para levantarme de ellas.Pero sí, de vez en cuando me quedo dormida en el sillón después de comer, y la verdad es que esas pequeñas "cabezadas"...¡me saben a gloria!.
ResponderEliminarUn cálido y cariñoso abrazo, amiga.
Rosi
Hasta en los momentos de descanso la mente no deja de navegar por los quehaceres diarios. Inevitable, la mente no descansa.
ResponderEliminarBesos
Hola Pilar, yo necesito esos 20 minutos de desconexión con la realidad, y me sienta muy bien. Un estupendo "Breve instante" que nos compartes. Tengo mi Blog en descanso, pues hay en proyecto conciertos y actuaciones con mi Orfeón. Vendré a saludarte y disfrutar del tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
mara
Muchas gracias a tod@s en general por vuestra amistad, visitas y comentarios.
ResponderEliminarMara no te preocupes por tener el blog en descanso, a veces es preciso y necesario. Lo que verdaderamente importa es tener proyectos y si aparte es con tú Orfeón pues ya es suficiente, seguro que la música será tu fuente de inspiración.
Feliz fin de semana.