Hace varias décadas en los pequeños y tranquilos
pueblos;
la calle, tenía diferentes conceptos y matices,
comparados con los de hoy en día.
Formábamos parte de una gran familia donde
escaseaba
casi todo y todo se compartía, era un punto de
encuentro
por donde fluía la vida.
Estrechos lazos de amistad y cariño,
permanecen vivos en la memoria de aquella calle.
El azul del cielo vivía
en mi calle;
la pena y el llanto
vivían aparte.
La tibia mañana nos
despertaba...
con aroma de pan tierno
y perfume de manzanas.
Tan sólo descorriendo
el tul de la ventana
se descubría el alegre
verano tras sus cortinas.
Amigos del sol y el
aire,
contemplábamos la vida
pasar.
Los sueños eran
mariposas;
las nubes, de fino
cristal.
Humildad generosa, de
cal sus puertas,
arcoíris violeta sobre
sus tejas.
La alegría en la calle
nos perseguía;
entre juegos y risas,
una dulce infancia se despedía.
El azul del cielo vivía
en mi calle;
abanicos al fresco al
caer la tarde.
©Pilar Contreras Moreno
Antología
Poética-Unidas por el corazón
¡Que bueno! Cuantos recuerdos.
ResponderEliminar¡Fenomenal! Sencillamente.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Constantino.
Gracias por tu sincera amistad Constantino.
ResponderEliminarGracias Pilar, por hacer llegar mis dibujos a más gente (grafito de la Calle Mayor de Tobarra, Albacete). Un beso paisana y me alegro de que ocupe un rinconcico de tu casa.
ResponderEliminar