FUGAZ REFLEJO

Por un oculto escondrijo

refugio cubierto por la maleza,

desciende un fugaz reflejo

enredado con la verde hierba.

Aseguran quién lo contempla

que su visión produce inspiración,

un especial destello

que adormece el interior.

Un horizonte impoluto

que infunda éxtasis al alma,

con un ancestral sonido

que acaricia sin palabras.

Apenas despierta el alba

relatan ver a una bella dama,

con una corona de niebla

y frescas gotas de calada aurora.

Cuelgan de sus cabellos

caracolas de los azules mares,

con una ligera esencia

de azahares de los valles.

Luce un vestido de holganza

con sandalias de ajedrea,

collares de melisa y malva

y largos pendientes azul turquesa.

Lleva un cesto de mimbre

repleto de semillas nuevas,

que recoge de las cumbres

y esparce por las laderas.

Una caricia nevada

se transmite por los caminos,

expertos senderistas

con suspiros escondidos.

Cuentan los montañeros

que por incógnitos parajes,

los búhos y los mochuelos

son fieles guardianes de sus ramajes.

 

El hinojo y el malvavisco

crecen por los arroyos,

colorido diverso

de plateado envoltorio.

Los rayos del Sol se filtran

entre los verdes pinares,

a lo lejos el mar y el cielo

se funde con el Levante. 

 

Pilar

Contreras Moreno

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