Contemplar el fruto de la granada en las
manos curtidas de mi padre separando con sumo esmero y minuciosamente la
membrana amarga que protege y envuelve sus jugosos y nutrientes granos;
observar en hilera la explosiva belleza de los almendros en primavera,
recolectar los valiosos pétalos de la rosa del azafrán, nuestro filón de oro
manchego, e incluso recordar el rico sustento del viejo cáñamo reducido al
olvido tras el progreso industrial del plástico...
Extraído de El Perfume de la Luz
Texto: Pilar Contreras Moreno
Ilustración: Amparo Giménez Sanchez
Hay imágenes, sabores y colores que nunca se olvidan. Mucho más si miras la granada, empozada, en la mano generosa de tu padre. Igual contemplar los almendros en primavera. Todo lo natural alimenta el alma y produce fina poesía. Debe ser muy interesante tu libro.
ResponderEliminarUn gran abrazo Pilar