coincidíamos por simple casualidad a diario.
Desde el primer día lo encontré de pie junto a la barra,
con una discreta mirada oculta bajo sus gafas,
fueron breves y escuetos encuentros,
miradas fugaces al descubierto
que a veces nos delataban.
La floristería de al lado mostraba sobre la acera
un alegre colorido con enorme variedad de plantas,
pétalos multicolores que transmitían
un alegre dinamismo a la concurrida plaza .
Me acostumbré a su grata presencia
aún sintiéndome observada,
un lenguaje suave y mudo sin acento en las palabras
que muchas veces presentía acariciaba mi espalda.
Miradas espontáneas o caprichosos horarios
que un buen día se modifican…
ocultando el motivo e ignorando su retraso.
Tras el cierre de la floristería,
la plaza perdió aquel peculiar encanto
la constante duda, unida al contratiempo
cambiaron de lugar y de escenario.
Jamás he vuelto a coincidir con él
es cierto que su ausencia me resulta todavía extraña,
ahora soy yo quién toma el café de pie junto a la barra
donde continúo encontrando miradas y más miradas,
atractivas y sorprendentes miradas
que oculto engreída bajo el color de mis gafas.
Muy bonito poema Pilar!
ResponderEliminarBesos XD
Las gafas perpetuan el anonimato de esas miradas en ocasiones con muchos interrogantes.
ResponderEliminarBonitos versos posándose en esas miradas.
Gracias Pilar por compartir.
Abrazos.
Gostei muito dos "versos circulares", Pilar.
ResponderEliminarObrigado por tê-los compartilhado.
Abraço e ótima semana.
Gilson.
Hola amiga es cierto que se puede ver mucho más tras unas gafas de sol.
ResponderEliminarLindo poema. Un beso y feliz semana
Hola mi querida Pilar.Mi blog cumple 3 años y os doy un premio de recuerdo , ademas tengo el gusto de decirte que el domingo presento mi libro en la Feria nacional del Libro de Villa María., y hoy doy más noticias.
ResponderEliminarTe dejo un beso de ternura.
Sor.Cecilia