viernes, 10 de agosto de 2012

TOCAR LOS LIBROS

                                  

Todos los libros tienen una peripecia, una historia que contar. Los libros hablan del carácter, los intereses y la personalidad de sus propietarios, y también la forma de ordenarlos en nuestras personales bibliotecas aporta datos significativos. Hay quien dice que las bibliotecas definen a sus dueños, y estoy seguro de que es cierto. Como en los estratos geológicos de un yacimiento arqueológico, los libros permiten ir desenterrando los restos de todos nuestros particulares naufragios.
Pero, sobre todo, hay que reconocer a los libros una sorprendente capacidad colonizadora: se extienden por los sofás, toman las repisas, los cabeceros de las camas, las mesillas...
Como un ejército victorioso ganan los altillos, los aparadores, las cestas de mimbre donde duermen los gatos. Hay libros indispensables que nos obligan a poseerlos, a conservarlos para hojearlos de vez en cuando, tocarlos, apretarlos bajo el brazo.
Libros de los que es imposible desprenderse porque contienen fragmentos del mapa del tesoro.



Jesús Marchamalo

3 comentarios:

  1. Hermosa escrito. Un libro es un valioso tesoro,nos acompañan, nos entretienen, nos enseñan.A veces nos hacen soñar y otras, ver la realidad.

    Gracias por haber llegado hasta mi mundo, por aquí me quedaré si me lo permites, Pilar.

    Muchos abrazos.

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  2. Me encanta esta entrada tuya amiga Pilar.
    Cuanto dice Marchamalo es cierto, al menos en mi caso...en casa tendremos entre los cinco más de cinco mil libros, que se dice pronto. Unos llevan conmigo desde mi más tierna infancia, otros son o han sido referente en MODA mi anterior especialidad de diseño. Ahora de música y filosofia e idiomas, mis actividades actuales...pero eso si, simpre hay uno o varios que me atrapan y lo llevo a todas partes como un pequeño talismán.

    Gracias cielo por compartir.
    Abrazos

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  3. Me encantan todos que puedo veer en la entrada. Y pienso, después de las palavras de Marchamalo, que el dueño de ellos és muy rico.
    Siento también muchísimo por no visitarla con la frequencia que me gustava, pero aprendo siempre que vengo.
    Abrazos con ternura.
    Gilson.

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