Imagen Web
Una fotografía en
blanco y negro
cuelga silenciosa de la pared,
cierta melancolía se intuye
en la ternura de su
piel.
Marinero afligido
entre destellos de
aurora,
jugando en la arena
le salpicaron azules olas.
Cuentan que una
estrella errante
abatida por los mares,
vio la luz de sus
ojos
y con ella quiso
llevarle.
Marinero de mirada
inocente,
dulce almendro por
florecer,
anclados y rotos
quedaron
sus barquitos de
papel.
En la calidas noches
marinas
cuando brilla más el
infinito,
es la luz de un
marinero
que de niño va
vestido.
Me ha hecho evocar mi niñez, ¡Quien no hizo barquitos de papel siendo niño!, Muy tierna y bonita.
ResponderEliminarBesos Pilar
Como pesa la añoranza. Me gusta mucho el poema.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar.