inígualable joya del grán escultor Fco. Salzillo.
Su transparente belleza, su expresión de dolor en el rostro, junto con su afligida mirada
y la singular naturalidad de sus manos, hacen que esta poesía quede escasa en contenido de palabra.
La bondad y la dulzura
Salzillo reflejó en tu cara;
de dolores y angustia
te compuso la mirada.
El perdón y la esperanza
puso en tus manos de nácar
estelas de seda
que al cielo elevas.
Llorando...,
suplicas clemencia.
Un rosario de madreselva
consuela tu soledad.
Las estrellas te acompañan,
el universo se estremece
y un puñal, en primavera
de tu corazón florece.
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