Por el cobertizo de la plaza,
por sus callejuelas altas...
anidaban golondrinas
sobre los aleros de sus fachadas.
Claveles y lirios
crecían en sus patios
para adornar al Cristo
en sus novenas por Mayo.
Frente a la tapía,
un reluciente y ardíente legón;
sobre los rojos geranios,
un blanco rollo con una estampa
bendecida por San Antón.
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